Beberé hasta la última gota de tu ausencia en este vaso sin hielo.
Traspasando las fronteras de la sangre y el olvido reviviré con dos lagrimas rojas aquellos momentos.
Volveré a quitarte la ropa y a arrasar con mis manos tu espalda indefensa.
Volveré a mirarte a los ojos por primera vez y agacharé tímidamente la mirada.
Y serviré otro vaso, y encenderé otro cigarrillo,
sea este tal vez el que desborde el cenicero.
Y seguiré jugando con tu pelo intangible.
Suspirando palabras que no vas a escuchar.
Y forjaré en mi mente tu eterna existencia
mientras vos
allá lejos
ni siquiera lo sospechas.
jueves, 22 de enero de 2009
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Copadas estas palabras, esta muy zarpado lo que escribis cabeza...
ResponderEliminarhay que difundir este blog gil...
ACA HAY TALENTO
abrazo querido